En
el año 1610, hace ya más de 400 años, Juan
Posada abre las puertas de esta fonda, situada estratégicamente junto a la Casa de Postas, principal parada de
diligencias de la Villa (en esta época Madrid tenía un censo aproximado de 900
coches de caballos), a la que llegaban granjeros y comerciantes con productos
de las provincias que pernoctaban un día o dos en la capital.
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Posada del Peine |
La
Posada debe su nombre al peine atado
a una cuerda, para impedir que los viajeros se lo llevaran, que se encontraba en
cada una de sus habitaciones. Este servicio adicional le distinguió de los
demás establecimientos, adoptando el mismo como emblema.
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Escalera interior |
Desde
su apertura fue regentada por la familia
Posada, hasta que en el año 1796 pasa a manos de los hermanos Espino, coincidiendo esta fecha con el traslado de la Casa
de Postas a su nueva sede en la plaza de Pontejos, construida entre 1795 y 1800
en el edificio trasero a la Real Casa de
Correos.
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Detalle de la fachada |
A
lo largo de estos cuatro siglos la fonda ha recibido diversas ampliaciones y reformas
hasta llegar al edificio, compuesto por tres inmuebles unidos interiormente,
que hoy día conocemos. Los arquitectos Francisco
Álvarez Acevedo, Juan de Villanueva
o Juan Antonio Sánchez, entre otros,
fueron los encargados de ir ampliando la Posada hasta llegar a contar con un
total de 150 habitaciones.
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Restaurante del hotel |
Las
habitaciones más caras contaban con ventanas francesas, balcones con rejas de
metal y persianas de madera, mientras que las más baratas se ubicaban en
cuartos interiores y no tenían ventilación. En
el año 1892, con motivo del IV
Centenario del Descubrimiento de América, se instala un templete con un
reloj que corona el edificio principal.
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Reloj del torreón |
Este
hotel estuvo en funcionamiento hasta el año 1970 y durante algo más de 30 años
permaneció cerrado, hasta que en 2005 la cadena Petit Palace lo restauró y modernizó convirtiéndolo en un hotel de
cuatro estrellas con 67 habitaciones.
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Anuncio en prensa de la Posada del Peine |
Petit Palace Posada del Peine comparte el edificio con la casa de relojes
Girod, propietaria del inmueble, que
ocupa con su taller la planta primera y última del mismo. Además, en la planta
baja se encuentra Estirpe Joyera,
fundada a comienzos de los años 90.
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Placa de comercio centenario |
El
escritor Camilo José Cela se refería
a ella como "histórica,
destartalada y entrañable Posada del Peine" dentro de su discurso de
ingreso en la Real Academia Española
de 1957 titulado: La obra literaria del
pintor Solana. En él, Cela habla del lugar de residencia de José Gutiérrez Solana en el momento que
se publicaba la obra literaria del pintor, Madrid.
Escenas y costumbres.
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Exterior de la Posada del Peine |
Por
último, agradecer a la cadena Petit Palace y en concreto a la directora del
hotel, su amabilidad a la hora de acceder al edificio para realizar las
fotografías que ilustran esta entrada.
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Habitación doble |
Madrid
está esperando a que la descubras…
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