Seguramente el reloj de la Puerta del Sol, junto con el
Oso y el Madroño ubicado en la misma plaza, sea uno de los monumentos más
fotografiados de la ciudad madrileña pero ¿habéis notado algo peculiar en la
esfera que marca la hora?
Reloj de la Puerta del Sol |
Este reloj, al igual que muchos otros, tiene como particularidad la manera en la que está representado el número cuatro, "IIII" en lugar de "IV", muy distinto de como nos han enseñado a todos en el
colegio. Para poder explicarlo es necesario acudir a diversas teorías:
- Una de ellas cuenta que el rey Carlos V de Francia, apodado "El Sabio", encargó que se realizara un reloj para la Torre del Palacio Real de Francia. El maestro relojero encargado del diseño del mismo representó el número cuatro como "IV" y el Rey se lo recriminó indicándole como debía de simbolizarlo. El relojero respondió que esa no era la manera de representarlo, pero Carlos V dijo: “El Rey nunca se equivoca" y nadie lleva la contraria a un rey y menos en esa época ¿no?
- Otra teoría expone que los cuatro dígitos "IIII" aportan una simetría visual con su número opuesto el "VIII", también de cuatro cifras, que el "IV" no adquiere, además de ser confuso respecto al "VI", ambos boca abajo en la esfera.
Existen más teorías que intentan explicar el porqué de esta diferencia pero en mi opinión éstas pueden ser las más creibles.
En definitiva, ¿cuántos secretos tiene Madrid que desconocemos? ¿Cuántos monumentos nos esperan a que descubramos su historia y sus leyendas?
Puerta del Sol |
Madrid está esperando a que la descubras...
2 comentarios:
El reloj de la estación de cercanías de Sol también tiene 4 palitos en el número 4! He intentado hacer varias veces una foto con el móvil para mandárosla pero como tiene tanta luz, no se ven los números en la foto.
También los romanos usaban el IIII en lápidas y esculturas, probablemente por motivos religiosos, porque el IV equivalía a las dos primeras letras del nombre del dios Júpiter (IVPITER), y utilizar ambas cifras unidas en ese orden, para señalar una fecha, podía considerarse irreverente o de mal fario, dado que los romanos eran muy supersticiosos.
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