En la confluencia de la calle del Corazón de María con la Avenida de América se encuentra esta mole de hormigón armado de 71 metros de altura, obra del arquitecto Javier Sáenz de Oíza entre los años 1964 y 1968. El autor diseñó un edificio de viviendas que recuerda a un árbol, compuesto exteriormente por terrazas curvas que representan las hojas del mismo e interiormente recorrido por escaleras y ascensores que representan los vasos leñosos, encargados de transportar la savia bruta desde las raíces hasta las hojas, en este caso, los habitantes del edificio.
Ni son dos torres, ni son blancas. Entonces ¿por qué ese nombre? La historia popular cuenta que sólo se realizó una de las atalayas por problemas económicos y que es de color gris debido al mismo asunto, ya que se pretendía revestir las mismas de mármol blanco o incluso, según la versión que escuchemos, que el efecto blanco se conseguiría añadiendo polvo de mármol blanco al hormigón.
Nada más lejos de la realidad, según explica Javier Sáenz, hijo del arquitecto, en Los bulos del árbol de hormigón, el proyecto original contaba con dos torres pero “al Ayuntamiento le daba reparo la arquitectura que iba a salir y puso muchas pegas”. En cuanto al color gris dice “el hormigón visto estuvo siempre en el origen del proyecto, se bautizaron Blancas en honor a las pinturas y el purismo de Le Corbusier”.
Este magnífico edificio fue posible gracias a Juan Huarte, el promotor del proyecto, además de los ingenieros Carlos Fernández Casado y Javier Manterola. Torres Blancas ganó el premio de la Excelencia Europea en el año 1974 y el de mejor edificio construido en los años 1967-1971 del COAM.
Fue la residencia del autor hasta su fallecimiento en el año 2000, además de personajes de renombre como Camilo José Cela, algunos especulan con que el actor John Malkovich o el arquitecto Norman Foster tienen o han tenido una vivienda aquí.
Desde la misma, el pintor Antonio López, creó su famoso cuadro Madrid desde Torres Blancas, subastado en el año 2008 por la casa londinense Christie’s por 1,74 millones de euros.
Madrid está esperando a que la descubras…
Torres Blancas |
Ni son dos torres, ni son blancas. Entonces ¿por qué ese nombre? La historia popular cuenta que sólo se realizó una de las atalayas por problemas económicos y que es de color gris debido al mismo asunto, ya que se pretendía revestir las mismas de mármol blanco o incluso, según la versión que escuchemos, que el efecto blanco se conseguiría añadiendo polvo de mármol blanco al hormigón.
Torres Blancas |
Nada más lejos de la realidad, según explica Javier Sáenz, hijo del arquitecto, en Los bulos del árbol de hormigón, el proyecto original contaba con dos torres pero “al Ayuntamiento le daba reparo la arquitectura que iba a salir y puso muchas pegas”. En cuanto al color gris dice “el hormigón visto estuvo siempre en el origen del proyecto, se bautizaron Blancas en honor a las pinturas y el purismo de Le Corbusier”.
Interior de Torres Blancas |
Este magnífico edificio fue posible gracias a Juan Huarte, el promotor del proyecto, además de los ingenieros Carlos Fernández Casado y Javier Manterola. Torres Blancas ganó el premio de la Excelencia Europea en el año 1974 y el de mejor edificio construido en los años 1967-1971 del COAM.
Vistas de Madrid desde Torres Blancas |
Fue la residencia del autor hasta su fallecimiento en el año 2000, además de personajes de renombre como Camilo José Cela, algunos especulan con que el actor John Malkovich o el arquitecto Norman Foster tienen o han tenido una vivienda aquí.
Mejor edificio construido en los años 1967-1971 |
Desde la misma, el pintor Antonio López, creó su famoso cuadro Madrid desde Torres Blancas, subastado en el año 2008 por la casa londinense Christie’s por 1,74 millones de euros.
Pintura de Antonio Lopez |
“…un dolmen de hormigón armado, un dialogo entre naturaleza y sociedad, entre tecnología y roca, entre la caverna y el aire acondicionado” Juan Daniel Fullaondo, arquitecto colaborador de Sáenz de Oíza, ganador del Premio Nacional de Arquitectura en 1962.
Perspectiva similar a la de Antonio López |
Madrid está esperando a que la descubras…
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